Hasta mediados del siglo XIX, Cabo Verde fue un importante emporio portugués del tráfico de esclavos hacia los Estados Unidos de América, el Caribe y Brasil. Con la abolición del tráfico de esclavos en 1867, el interés comercial del archipiélago disminuyó, volviendo a tener importancia sólo a partir de mitad del siglo XX.
Con la decadencia económica y las constantes sequías en el árido suelo del archipiélago, la emigración poblacional desde la colonia de Cabo Verde se volvió importante desde principios del siglo XX.